El decreto permitirá la gestión del purín a través de centros gestores, garantizando una recogida controlada y sistemática para su posterior utilización como fertilizante agrícola. En este sentido, se han llevado a cabo otras tres medidas para garantizar el crecimiento del sector porcino de forma sostenible como son la declaración de zonas saturadas de nitrógeno en las que no se podrán establecer nuevas granjas o ampliar las existentes a menos que haya un centro gestor de purines en la zona y se han aumentado las zonas vulnerables a la contaminación de las aguas subterráneas, intensificando el control sobre los nitratos.